Hace unas semanas estuve tomando un café en Cádiz con un amigo que es profesor en un instituto, conozco a  Juan Manuel desde mis comienzos como orador y siempre que me invita a que les dé una conferencia a sus alumnos, acepto. Este año he participado dando un par de conferencias a sus alumnos y me gusta recibir el Feedback para mejorar en las próximas. Sus alumnos le han dicho que fui el mejor ponente del ciclo de conferencias, que mis conferencias les hacen pensar y, sobre todo, que me “curro” mucho la conferencia. ¿Qué me “curro” la conferencia? “Sí, bien preparada, con un buen PowerPoint y una magnífica entrega”. Cómo todos los que invitas a que den sus conferencias, no? Le dije. “No, la gente no se prepara las charlas tal como tú lo haces, sólo vienen a hablar de su ‘libro’ sin un mínimo de preparación”.

Ya lo he dicho en otras ocasiones, considero que es un Privilegio poder hablar en público y mucho más, poder hacerlo a jóvenes que se están formando. Para mí, aparte de ser un privilegio, disfruto mucho ayudando a entender una perspectiva de como yo veo la vida. La verdad es que no entiendo que si te invitan a participar en unas conferencias, no se tome el tiempo necesario para prepararlas pensando en la persona más importante de la sala, la audiencia.

Preparar, preparar y preparar. La preparación empieza con saber “a quién” va destinada la conferencia, incluso antes de saber “cuál es el tema”. Cuanto más se sabe de los oyentes, mejor se puede confeccionar la presentación. Si conoces su “dolor”, mejor sabrás como puedes ayudarles.

Lo primero es hacer una tormenta de ideas sobre papel, nada de usar ordenador, para empezar a volcar todo lo que se me ocurre sobre el tema de la conferencia, enfocado a la audiencia. Frases cortas en formato de diapositivas que las empiezo a visualizar con imágenes e imaginando qué vídeos encaja mejor para la comprensión del mensaje. Qué historias voy a contar que encajen con el mensaje y la audiencia, uso mucho historias personales.

Ensayar, ensayar y ensayar. Cuando esta montada la presentación hay que ensayar y probar cada uno de las diapositivas, las transiciones y la entrada de los vídeos. No es que tengas que ensayar toda la presentación, yo suelo hacerlo en bloques, por ejemplo, a la apertura e introducción le doy mucho protagonismo, después el punto 1 con la historia adecuada, punto 2 y punto 3, y el cierre con su mensaje final. Puedo ensayar mientras voy de viaje en el coche, cuando camino, etc… Unos días antes de la presentación hago un ensayo general para concretar tiempos y como se deslizan las diapositivas que encajan con las palabras que digo. El ensayo es lo más exacto al día D, a veces he estrenado zapatos nuevos y me los pongo para ver si la hora y media que dura me va a dar problemas en los pies. Conecto mi ordenador al televisor en mi casa y veo el efecto de las diapositivas con las imágenes elegidas, si no estoy conforme las cambio por otras o si la diapositiva no consigue el efecto que espero, la elimino.

El día de la conferencia hago la última comprobación de la presentación y realizo la copia de seguridad de toda la carpeta en un lápiz de memoria, además de una copia en papel de la presentación (4 diapositivas por página).  Llego temprano al lugar y mi primera preocupación en dejarlo todo listo para el comienzo, con proyector funcionando y las prueba de sonido con los altavoces, micrófono por si fuera necesario, etc…

Ya sólo queda saludar a la audiencia, conversar con ellos, hacer mis rituales,… Y “a por ellos!!”.